sábado, febrero 26, 2005

Life is a miracle

Life it's a candy
With a red hot chili pepper
Filling inside.

Life! Are you ready
You'll be a butterfly in
the ultimate flight.

Life treats you gently like
Virgin Mary
But then strikes back
Like Chriss Eubank.

Life
It is full of surprise
Crossroad to hell
or paradise.

But little did I know
Mr. Preacher man
What real life could do
And shit could hit the fan.
Life is beyond peace and war
Destiny and God
I remember that time.

When Life was a miracle
As if Zidane played
for Liverpool.

Life is a business
Risky and confused
God gave you a deal
That you cannot refuse.

Life is a Terrorism
Globalism Optimism
Give peace a chance
Give war a romance.

When life was a miracle
And pigs might fly that
was credible.

But little did I know
Mr. Preacher man
What real life could do
And shit could hit the fan.
Life is beyond peace and war
Justice and crime
Do you remember
that time
when life was a miracle...

(Dejan Sparavalo, Emir Kusturica, Nenad Jankovic)
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Extraordinario el concierto de la No Smoking Orchestra ayer en el Salón 21. Pocas veces antes la improvisación me había parecido tan armoniosa, y lo inesperado tan divertido. Gracias, Yanna y Samuel, por el momento inolvidable. I will remember that night when life was a miracle.

viernes, febrero 25, 2005

Heaven in their minds (vi 'Jesucristo Superestrella')

El disco de Jesucristo Superestrella (con el elenco original de la puesta en escena en Londres) fue uno de mis favoritos durante la adolescencia. Mi formación religiosa era hasta entonces (y en buena medida sigue siendo) peculiar, por decir lo menos. Cero religión en la escuela; poca en la casa (mis papás nos bautizaron pero no más: esperaban que cuando creciéramos decidiéramos nuestras creencias) y mucha (aunque de vez en cuando) en casa de mis abuelos, fieles seguidores de la doctrina de la santa madre Iglesia.
En ese contexto, cuando mi papá llevó el CD de JC Superstar a casa y lo escuché a solas en mi cuarto, sentí algo parecido a una epifanía: por fin los personajes que imaginaba los domingos con mis abuelos no sólo tenían voz, sino que cantaban... ¡y de qué manera! Y las preguntas que plantean las letras de Tim Rice, las elementales de siempre: ¿Qué hubo entre María Magdalena y Jesús? ¿Era Jesús sólo "un hombre más"? ¿Qué habría sido de los últimos días de Jesús sin la colaboración de Judas? ¿Qué tanto entendían las masas que seguían a Jesús lo que él decía y hacía? ¿Entonces los romanos no eran tan malos ni los judíos tan buenos?
Vi la película ayer, y me gustó. La música es, desde luego, el eje central del filme. No hay casi guión y las actuaciones son apenas suficientes. Claro: lo valioso son los números musicales que se suceden uno tras otro, y la muy eficaz ubicación de la vida de Jesús en el marco del flower power. La mayoría de los números musicales son buenos, pero no deja de parecerme que las canciones ganan poco al ser trasladadas a imágenes. Ahora bien: hay que contextualizar y tener en cuenta que el musical se estrenó en Nueva York en 1971. La película, en 1973. Dicen que fue un gran escándalo. Que incluso hubo amenazas de muerte contra alguno de los actores.
Un amigo me facilitó la dirección de un sitio web en el que se analiza JCS "a la luz de la Biblia" (www.tbaptist.com/aab/superstar.htm). El principal yerro que encuentra dicho análisis es que Lloyd Webber y Rice definen el personaje de Jesús como un hombre, mortal, con virtudes y defectos, y no como el Hijo de Dios, inmortal y sin pecados que supuestamente fue. Sobra decir que ese es, desde mi punto de vista, el mayor logro del musical. La conclusión de los bautistas es radical: "Every born again Christian should readily recognize the evil of Jesus Christ Superstar, and should shun it like the plague. Also, the Christian should boldly warn others of this blasphemous rock opera". En la red también se encuentra una declaración del Vaticano, que en su momento calificó el musical como "uno de los productos más serios y respetables de la revolución de Jesús".
Si tal fue la declaración del Vaticano, los católicos supieron reconocer una estupenda oportunidad de ganar adeptos. Si Jesucristo se parecía a Ted Neeley (y cantaba como él), vivía en una comuna hippie, era acosado por mujeres que se peleaban por untarle aceite y lo llevaban en hombros para rendirle pleitesía mediante bailes psicodélicos... ¿¡dónde hay que firmar para ser católico!?
En suma, en la escala ergozoom, el musical (music by Andrew Lloyd Weber / lyrics by Tim Rice) tiene 95 de 100. La película de Jewison, 65.

miércoles, febrero 23, 2005

¡Ahora resulta...

... que no hay lectores de este blog que le vayan al Cruz Azul!
Un buen amigo ya respondió al reto lanzado ayer, pero no deja de ofuscarme el hecho de que sea él, un americanista de pura cepa, quien dé la cara por los hinchas de la Máquina. Cruzazulinos del mundo, ¡uníos y mostráos, que no es sólo una comida, sino vuestro honor, el que se juega el sábado!

Algunas razones por las que no soy miembro de la Academia

El Oscar a mejor actor este año debería ser para Jim Carrey por su papel como el Conde Olaf en Lemony Snicket. O para Javier Bardem por su interpretación de Ramón Sampedro en Mar adentro.
Pero. Como la Academia sigue dando sorpresas nominando a Leonardo DiCaprio y a Johnny Depp (ambos cumplen suficientemente sus papeles de Howard Hughes y JM Barrie en The Aviator y Finding Neverland, pero sólo eso: suficientemente) mi deseo es que este año el Oscar lo gane ya Jamie Foxx, ya Don Cheadle. No he visto Hotel Rwanda, pero les puedo decir que Foxx hace un estupendo Ray Charles en Ray. Clint Eastwood (el otro nominado) luce en su papel de Frankie en Million Dollar Baby, pero pienso que su mejor logro en ese película no es su actuación. Foxx, por cierto, está también nominado en la categoría de mejor actor de reparto por Collateral, que no vi pero dicen que es buena. Lo ideal: que a Foxx le den el de reparto y a Cheadle el de actor principal. ¡O que a Foxx le den ambos!
Aunque, claro, si yo fuera miembro de la Academia tacharía los cinco nombres impresos en la boleta correspondiente y de mi puño y letra pondría los nombres de Carrey y el de Bardem, declarando empate técnico entre dos actores que ni siquiera fueron nominados.

martes, febrero 22, 2005

Adiós, Guillermo

De un mail que recibí hoy, de Alejandro Fuentes, buen amigo y ex compañero del Claustro:
"Guillermo Cabrera Infante ha muerto. Uno de los iconos de la disidencia cubana fue abatido por la septisemia. A la manera de los clásicos, su despedida puede enmarcarse en una frase: non omnis moriar. Y, en efecto, no lo hará; más allá de las hagiografías literarias que suelen prodigarse después de la muerte de un escritor importante, Cabrera fue un gran ejemplo. Para los que se defienden de la tiranía con inteligencia, para los que creen que siempre es posible comenzar de nuevo y, sobre todas las cosas, para los que ven en una buena película y en un chiste un aderezo suficiente para seguir viviendo. Las calles de La Habana -de la nocturna, la sensual, la carnavalesca- se han quedado sin uno de sus más desenfadados juglares. Descanse en paz".

Desafío abierto

Si existe entre los lectores de este h. blog algún seguidor del Cruz Azul: le apuesto una comida a que el próximo sábado los Pumas pasan por encima de la Máquina. Avísenme antes del viernes a mediodía, y quedamos. ¡Pumas, gol!

lunes, febrero 21, 2005

Quiero ser poli en Neza

De un cable de EFE, hoy:
"Los 1.200 policías de la ciudad mexicana de Nezahualcóyotl, próxima a la capital, deberán leer por obligación El Quijote en el marco de un plan de ayuntamiento que busca "elevar su nivel cultural", informaron hoy fuentes oficiales. Los agentes también deberán leer "cada semana o cada quincena" una obra del escritor colombiano Gabriel García Márquez, el estadounidense Truman Capote, los mexicanos Juan Rulfo y Paco Ignacio Taibo o "cualquier otro grande de la literatura universal", dijo a la prensa el portavoz de la alcaldía, Francisco Cortés (...) Algunos habitantes de Nezahualcóyotl dijeron a la prensa que la medida del ayuntamiento "es muy buena, porque se traducirá en agentes más cultos y mejor preparados para relacionarse con los ciudadanos y prevenir el delito". Otros declararon que la lectura obligatoria de El Quijote "no ayudará en nada a policías viciosos y corruptos, que ni siquiera saben escribir".

jueves, febrero 17, 2005

Amor Real

¿Se han puesto a pensar que quizá la verdadera historia de amor no la protagonizaron Lady Di y Dodi Al Fayed sino Carlos y Camilla? Leo en la columna de Rosa Montero, anteayer en El País:
"Sin embargo, la mayoría de la gente suele escoger a Diana como prototipo romántico, porque era guapa y porque partía de un papel convencional, la casada jovencita a la que engañan. Sobre este estereotipo, el personal inventó todo tipo de virtudes con las que adornarla, sin tener en cuenta que, según todos los indicios, la princesa de Gales era una neurótica insufrible y una egocéntrica de libro. Además de una inculta monumental, pero eso parece que son casi todos en esa monarquía (...) Y es que hay un romanticismo, al que llamaremos absolutista, que necesita crear mitos impecables a los que aferrarse, como si, fuera de esa completa e inhumana perfección, la belleza resultara inalcanzable.
Pero sucede que la vida real es justamente lo contrario de lo perfecto. La vida real se parece mucho más a Camila y al orejudo Charles, dos feos innegables llenos de contradicciones y miserias. Él es un personaje metepatas, un conservador vetusto de precarias luces y un tanto cobardica (...) En cuanto a ella, dicen que no es Einstein (...) y, para mayor dosis de realismo, hela ahí sin operarse, sin estirarse los pellejos de la cara, con los senos descolgados hasta la cintura, asumiendo su envejecimiento con aplomo olímpico (...) Para mí ésa es la verdadera belleza de la vida: un chispazo de luz y de grandeza entre la polvorienta mezquindad de las cosas. O, lo que es lo mismo: que un par de papanatas sepan amarse".
Rosa Montero dixit. Y yo concuerdo.

lunes, febrero 14, 2005

Post no cursi aunque hoy mucho lo parezca

"The greatest thing you'll ever learn is just to love, and be loved in return".
(Moulin Rouge!, 2001)

sábado, febrero 12, 2005

Fuck, yeah! (vi 'Team America')

Nunca mejor dicho: Trey Parker y Matt Stone (creadores de South Park) no dejan títere con cabeza en esta película, a la que cualquier adjetivo parece quedarle bien.
Team America es un grupo de marionetas (cuyos expresivos rostros no dejan de recordar el de Elba Esther Gordillo) viajando por el mundo en busca de armas de destrucción masiva. Y si en su camino se interponen la Torre Eiffel o las Pirámides de Egipto, qué más da: a destruirlas.
La película es una serie de gags sobre los lugares comunes del género de acción. Algunos son bastante previsibles, pero hay otros muy buenos. La computadora central de Team America, por ejemplo, lleva por nombre I.N.T.E.L.L.I.G.E.N.C.E. y, cuando se descompone, escuchamos a un personaje decir: "We have no intelligence. I repeat: we have NO intelligence". Y los chistes, absolutamente descarnados, que se hacen de los actores liberales en defensa de la paz siempre valen la pena. Incluso Michael Moore sale mal librado. No deja de ser paradójico, sin embargo, que un actor de Broadway, estrella del musical Lease, sea también el líder del Team America.
¡Y las canciones! Si vieron South Park: Bigger, Longer & Uncut saben que Parker y Stone pueden escribir letras sobremanera hirientes, en este caso satirizando tanto a Ben Affleck como a Kim Jong II, entre otras celebridades.
Creo que ese es el principal acierto de la película: no se carga hacia un lado. No es un alegato contra la guerra, ni uno a favor de ella. Se limita a poner en evidencia la estupidez rampante de quienes defienden a rajatabla su lado de la historia.
Muy recomendable. (Calificación ergozoom: 70)

Desayuno pueblerino

Esta mañana mi papá nos lleva a una fonda llamada "El Jacal". Dice que quiere un desayuno pueblerino. El detalle es que "El Jacal" se encuentra en Chiluca, una de las áreas residenciales más exclusivas de la zona metropolitana del DF.
Desde mi lugar puedo ver árboles, sí, y un cielo claro. Pero también el estacionamiento donde reconozco un Mustang, un BMW y varias camionetas de modelo reciente. Mi papá, sin embargo, se entusiasma al ver el pan que hay sobre la mesa: una concha híper inflada y una mantecada que tiene toda la pinta de Tía Rosa.
"Miren -nos dice a mi mamá y a mí- es pan como de pueblito". Mi mamá y yo intercambiamos miradas escépticas cuando la mesera sirve café Decaf y nos pregunta si vamos a querer pan. "Sí, claro -responde mi papá-, porque ¿no es pan de Aurrerá, verdad?"
La mesera: "No, es de Superama".

miércoles, febrero 09, 2005

Consumatum Est

Fue bueno mientras duró. La tesis.
De pocas cosas me siento tan orgulloso.
Supongo que así se sienten los padres cuando un hijo se va: orgullosos y al mismo tiempo un poco tristes de ya no tenerlo en casa; seguros de haberle dado las armas suficientes para defenderse en el mundo real y, claro, dispuestos a ayudarlo cuando sea necesario, pero sin volver a asumir la responsabilidad total de su vida.
Ahora mi tesis deberá defenderse por sí misma ante sus lectores: un par de investigadores del Instituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM que la pondrán a prueba durante los próximos días para ver si así, solita, puede mantener su valía. Yo sé que lo hará. En marzo o abril estaré titulado.

martes, febrero 08, 2005

'Pare de sufrir' (2a. parte)

T dice que él nunca cerró los ojos y que vio que la mujer empezó a escupir. El predicador (siempre micrófono en mano y conduciendo la oración) se acercó a la mujer, le tomó la cabeza, y empezó a gritar con su acentazo portugués: “Zhal, Zhal”. Mientras, el de la camisa azul recibió el micrófono y dio el diagnóstico: a esta mujer le han hecho brujería, le han encendido veladoras, la están trabajando... Sonaba como al cubano que pasaba sus cápsulas por radio hace unos años, curando los males de la gente a través de las cartas que le escribían. Luego de varios gritos y, a decir de T, escupitajos, llegó un último y apoteósico “ZHAAAL!”, el predicador pidió que rompiéramos las cadenas, pudimos abrir los ojos y aplaudimos. “Písenlas, destrúyanlas”. Las cadenas en el piso. El predicador preguntó si alguien que hubiera entrado a la iglesia con algún dolor ahora se sentía mejor. Varias personas, como 10 ó 20, levantaron la mano y dijeron que sí. A una le dolía un brazo, a otro las plantas de los pies. Todos curados. Una mujer dijo que todavía le dolían los ovarios (¡?). En serio. El predicador la pasó al centro del círculo y repitió el rito del “Zhal”, no sin antes advertir que si era un fraude ella no quedaría curada, pero que si Dios estaba allí, entonces el dolor se iría. Claro que el dolor se fue. Por primera vez en la misa el predicador tomó la Biblia. Leyó no más de tres líneas y lanzó una perorata sobre el Judas que todos llevamos dentro. Anunció que la próxima semana llevaría a cabo un rito especial que consistiría en darnos pan mojado en vino como alusión al que Jesús dio a Judas durante la última cena para señalarlo como traidor. Luego trató de ser simpático y relacionar la doctrina con la vida cotidiana: “¿Cuántas veces una persona que parece amable se acerca a la casa y dice ‘qué bonita planta’ y la planta”... “¡se marchita!”, gritó una mujer. “¡Se marchita, la planta se marchitaaa!”, continuó el predicador ideando ejemplos que nos dejen claro lo cerca que está el Demonio de nosotros.
Pasamos a nuestros lugares. El predicador volvió a hablar de diezmos. Dijo que el dinero que dábamos no era para él, sino para la obra de Dios. Que sólo la luz del teatro cuesta 30 mil pesos al mes. Que la iglesia abre en horario de Seven Eleven para quien lo necesite; que hay que pagar rentas y programas de televisión. Que para ellos no hay vacaciones. Y solicitó entonces donativos con cifra específica. “¿Quién puede hacer un donativo de 1000, 500 o 200 pesos?” Nadie se levantó. “¿Quién puede dar uno de más de 100 pesos?” Creo que una persona. El predicador ya no se veía tan alegre. Parecía una misa floja en recaudación. Finalmente, resignado, inquirió: “¿Quién puede hacer un donativo de 100, 50 ó 20 pesos?” Varias personas se levantaron. Casi a fuerza dijo: “Cualquier moneda es buena para la obra del Señor” y, entonces sí, casi todos al frente con sus donativos.
Todos en sus lugares y el anuncio de un nuevo rito la próxima semana. Pidió que nos bañáramos con el mismo jabón durante toda la semana y que a la misa lleváramos ese jabón. Hizo un mal chiste sobre la gente que sólo se baña los sábados y que ahora debería sacrificarse para bañarse todos los días. Y un preview del sermón del día siguiente: hablaré de las dos muertes: "¿Saben que no hay una, sino dos muertes? Mañana hablaré sobre eso". Dudo que su manejo del suspense hiciera mella entre los presentes pero, en ámbitos de Fe, a saber. Una oración final, en la que pidió que levantáramos al cielo todas nuestras pertenencias, para bendecirlas. Mujeres levantaron sus bolsos, muchos más fotos de sus seres queridos. Yo sólo llevaba mi edición sabatina de El País, que desde ese día es bendita.

sábado, febrero 05, 2005

'Pare de sufrir' o 'Las trampas de la fe' (1a. de algunas partes)

Teniendo en cuenta la avidez de los lectores de este h. blog de material nuevo y conmovedor, decidí visitar una de las iglesias de la secta ‘Pare de sufrir’ en compañía de un amigo a quien en aras de proteger su identidad llamaré ‘T’.
Sito en la sucursal de esa Iglesia que hoy ocupa el que antes fue Teatro Silvia Pinal, a las 10 de la mañana. Llegamos un poco tarde, calculo que hacia la mitad de la primera oración. Habría entre 60 y 80 personas, todas de pie y la mayoría reunidas al frente (¿del escenario?) alrededor de un predicador que, micrófono en mano y con marcadísmo acento portugués, gritaba una alabanza al Señor.
Ocupamos una de las últimas filas y notamos que un sujeto joven con camisa azul que se encontraba a pocos pasos del predicador nos miraba con sospecha. Era más o menos evidente, creo, que no estábamos ahí como feligreses. Con seguridad éramos los más jóvenes y, salvo el predicador y sus allegados -que iban de camisa y corbata-, también los mejor vestidos (y de ninguna manera íbamos elegantes). Yo entré dispuesto a mimetizarme al 100%, sobre todo después de darme cuenta de que habíamos llamado la atención, así que me mantuve de pie y alcé las manos como los demás hacían. ‘T’ iba en actitud menos devota, pero terminó imitando los movimientos de la concurrencia.
Muy poco tiempo después el predicador empezó hablar de diezmos. Muchas personas tenían en su mano un sobre en el que había una solicitud por escrito a Dios e, intuyo, uno o varios billetes. El predicador alzó la voz y empezó a decir que si nosotros creíamos y cumplíamos nuestro compromiso con el Señor, teníamos derecho a exigir respuesta. Palabras casi textuales, lo juro por Dios. Que si nosotros éramos fieles a Él, Él debía ser fiel a nosotros. Me acordé de la única escena memorable de Cero y van cuatro: cuando uno de los personajes literalmente le mienta la madre a Dios porque no le cumplió su milagro. Pues parece que en ‘Pare de sufrir’ eso está permitido. La cosa prometía.
Luego pasó el micrófono al tipo de la camisa azul, que se desgañitó hablando de justicia: ayuda, Señor, a los desempleados, a los sin casa, a los enfermos, a los etcéteras. Y la gente con su Carta a Dios (y billete para el predicador) en alto. Absorto en lo que veía, apenas atendí cuando ‘T’ me preguntó: “¿Está llorando?”, señalando a mozalbetedecamisaazul, que, a un lado del escenario, golpeaba el piso con el puño cerrado y se contorsionaba en un llanto fanático. ‘T’ dijo que esa gente le daba lástima. A mí me dio miedo. Si sólo un par de los presentes estaban tan trastornados como el compañero azulado y en algún momento se nos salía una risilla o alguien malentendía un gesto nuestro, tendríamos problemas.
Lo mejor estaba por venir. Después de recibir todos los sobres, y de untar aceite en la cabeza de los diezmantes, el predicador llamó a “formar la cadena”. La gente empezó a moverse hacia al frente y a reunirse en círculo al pie del escenario. Hice como ellos. Tomé las manos de las personas a mi lado y las levanté en actitud de plegaria. El predicador pidió que cerráramos los ojos. Lo hice cuando me di cuenta de que camisa azul y otro tipo, salido de no sé dónde, además del predicador, caminaban entre nosotros, observando. Era una plegaria colectiva: el predicador decía “alabado Señor” o algo así y todos debíamos repetir fervorosamente. Luego de unos minutos se nos pidió que nos pusiéramos las cadenas. Unas cadenas de papel en las que la gente había escrito sus cuitas. Muchas cadenas, muchas letras, muchos pesares. Intuí el momento catártico de la misa. Volvimos a la plegaria con ojos cerrados. Escuché gemidos y sacudidas corporales. Abrí los ojos y vi que una mujer se contorsionaba y gritaba. Sentí la presencia de uno de los vigilantes y volví a la técnica de los eyes wide shut: apreté los párpados con fuerza.
(Continuará...)

miércoles, febrero 02, 2005

Aspirante al título

Hoy fui al Claustro. Listo para iniciar los trámites de titulación. La tesis está al 95% (preveo entregarla entre lunes y martes de la próxima semana): lo que resta son sólo algunos trámites. Empezamos con una plática con el director de la carrera, a quien le da sincero gusto saber que he terminado la tesis. Luego a Servicios Escolares, a ver que todo esté en orden. Lo está: 100% de los créditos, certificado total de estudios (promedio general de 9.17), segundo idioma acreditado, servicio social cumplido, etc. Luego a pagar las asesorías de tesis.
Lore, secretaria del Colegio de Letras, empieza el llenado de una Cartilla de Titulación, me explica los trámites que hacen falta (carta de mi asesora avalando la conclusión de mi tesis, selección de dos lectores que serán parte del jurado...) mientras yo caigo en cuenta de que ya soy -como se diría en términos deportivos- un serio aspirante al título. Y así me siento: eufórico como si hubiera anotado el gol de la victoria para mi equipo en, digamos, los cuartos de final de una Copa del Mundo. Me dan ganas de salir corriendo al Gran Claustro, levantarme la playera y festejar inventando un baile extraño, o derrapándome sobre el césped (que hay poco en el Claustro), o algo así. Me siento tan excitado como Maradona en el Mundial del '94, pero sin coca. Con tesis. Y con un título casi en la bolsa. Entro al metro escuchando a Cerati a todo volumen. En mi MiniDisc suena "Cosas imposibles". Ajá. Es hora de empezar a pensar en cosas imposibles.