lunes, marzo 28, 2005

Diles que (¿no?) me maten

Terry Schiavo. Quince años postrada en una cama como vegetal. Alguna vez declaró a su esposo que, en ese estado, no le gustaría seguir viviendo y sin embargo algunas personas (incluidos sus padres) se empeñan en mantenerla "viva".
El Papa. Enfermo de Parkinson, afectado por la artritis, con una traqueotomía reciente que le impide hablar pero le obliga a permanecer sedado la mayor parte del tiempo. Y sin embargo obligado a aparecer en público, a mostrar su frustración, angustia y dolor ante miles de personas que le aúpan en la Plaza de San Pedro y millones que le vimos por TV.
Son dos tipos de muerte que no me gustaría tener. ¿Qué harían ustedes en esos casos? Yo, en el caso de Schiavo, preferiría ser desconectado. No nací planta, y no me gustaría "vivir" así. En el del Papa pediría privacidad, una habitación amplia, ventilada y bien iluminada, con libros y música. De lo demás (de morir dignamente) me encargaría yo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Morir

No sé... tal vez tenga la respuesta cuando vaya hacia la luz. Mientras tanto, me quedo con un verso de Neruda:

"No permitas que la vida viva sin ti"

(Palabras más, palabras menos)

Marissa

Anónimo dijo...

¿Qué haría? La respuesta es muy simple querido amigo...
Por ese motivo soy y seguiré siendo un fantasma...
Cuando estuve en coma no sentí más que sed al despertar, por lo tanto nadie hizo tanta alaraca.
Y si estuviera como el Papa sólo dejame recordarte que quien se pone a merced de los hombres buscando fama y/o poder les debe todo, incluso su agonía.
Insisto, es mejor no ser tan importante, ni buscar la fama; porque sino, no podrás morir con dignidad.