viernes, mayo 20, 2005

Aló, Faraón

Si medimos el valor de la exposición con base en el tiempo que hay que esperar para verla, puede decirse que Faraón: El culto al Sol en el Antiguo Egipto está sobrevalorada.
Fui en día y hora laboral (miércoles a mediodía) y aún así tuve que esperar una hora y media para pasar a la sala. Llevaba una buena novela que hizo llevadera la espera, pero incluso así por momentos me sentí en la fila de un banco. Muchos desisitieron antes de entrar.
Ahora bien: ¿qué hay adentro? No momias, ni piezas que sean propiamente espectaculares. Sí hay cosas interesantes, como la Esfinge de la reina Hatshepsut, el Libro del Inframundo de Amenofis y un sarcófago, que ahora sé que es de Ankh-Hor.
No lo sé. Pienso que sólo gente muy avezada en egiptología puede encontrar esta exposición digna de una espera que en fin de semana pasa de tres horas, según datos del propio museo (un compañero de trabajo me dice que sabe de alguien que esperó hasta ¡8 horas!).
Claro que uno aprende sobre el culto al Sol en el Antiguo Egipto (aunque no más allá de un repaso de la prepa hace unos años).
Si son arqueólogos o egiptómanos (o ambas cosas) la visita al Faraón es obligada. Si sólo son curiosos (como yo) vayan entre semana a primera hora (abren a las 9, y me dicen que a esa hora "casi" no hay gente). De otro modo, piénsenlo antes de ir a hacer fila durante horas con el personal poco amable del museo (dentro de la sala no se permite nada salvo caminar y observar: prohibidos celulares, cámaras, gomas de mascar, cuadernos de apuntes...).
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Faraón: El culto al Sol en el Antiguo Egipto se presenta en el Museo Nacional de Antropología e Historia. La exposición abre de 9 a 7 todos los días (lunes incluidos). La entrada cuesta 30 pesos y aplican los descuentos de rigor.

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