domingo, mayo 28, 2006

Había una vez...


(¡Este es el post 300 en la historia del Blog!)
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No hace mucho tiempo, el mejor programa deportivo de la TV se hacía con base en creatividad y talento. No había mucho dinero, pero esos dos elementos siempre compensaban la falta de presupuesto.
Un buen día, ese equipo tuvo mucho dinero. El jefe (que ya había visto pasar sus mejores años a cuadro) pudo comprar escenografías fastuosas y pagar no sólo a sus colaboradores de rigor, sino a todo un elenco para que le acompañara. El equipo se desequilibró. El de Francia fue el último Mundial en la cima. Para los siguientes magnos eventos deportivos la competencia (encabezada por un joven y eficiente Javier Alarcón) copió lo bueno y trató de evitar los excesos (si acaso eso es posible en Televisa, que este año lleva 150 personas a Alemania, con 40 toneladas de equipo). Lo hizo con tanto éxito que José Ramón empezó a hablar de retiro.
En Atenas 2004, Los Protagonistas tocaron fondo: José Ramón, tenso como nunca antes, recibió al público en set que tenía cartón como para matar de un infarto a cualquier ambientalista; juró y perjuró que el suyo era un programa de deportes, no de espectáculos; que él tenía a los mejores analistas deportivos.
Corte a José Ramón presentando a Carlos, el ganador de la tercera generación de La Academia, cantando en vivo en el estudio ecocida. Los Protagonistas no sólo se había convertido en un programa de espectáculos: ¡sino en uno de los peores!
Para este Mundial, las dos empresas han hecho gala de una chequera obesa que pone en peligro (otra vez) la verdadera esencia del evento: a saber, el fútbol. No sólo contrataron especialistas de lujo (Eto'o y Bianchi, en Televisa; Menotti y Aguirre por TV Azteca, por ejemplo), sino que se infiltraron en la Selección pagando exclusivas a Oswaldo Sánchez (Televisa) y Rafa Márquez (Azteca) para que reporten desde el vestidor. Eso sin contar a sus cronistas y reporteros, amén de batallones de comediantes e incluso intelectuales (Juan Villoro, en Televisa).
Se acabaron los tiempos en que bastaba un cronista brillante, un analista fino y un guionista creativo con un técnico solvente en la cabina de edición para erizar la piel de los espectadores. Ahora viene una sobredosis de TV: Poncho Aurelio entrevistando alemanes; Maggie Heygi reportando desde los antros teutones; la doctora Débora dando el "toque femenino" al fútbol (whatever that means); Facundo actuando "de incógnito" e Inés Sáenz cuidando su peinado perfecto mientras hace la entrevista de su vida (aunque ella no lo sepa)... En el inter, 'pa no dejar, a lo mejor permiten que Valdano hable de fútbol, Menotti desarrolle una idea o Aguirre analice un planteamiento táctico. Si tenemos suerte Hugo echará tierra a La Volpe antes de la sección patrocinada de Omar Chaparro o Eugenio Derbez... Si tenemos suerte...

3 comentarios:

Kike dijo...

Muy buena la nota y de acuerdo contigo. Acá sólo pudimos ver los programas de ambas cadenas comprando los derechos las teles locales (las señales las bloquearon por lo de los derechos de transmisión internacional), lo cual es una pena pero bueno, no es para tanto. No entiendo por que llevar a Raimundo y todo el mundo cuando de lo que hablamos es sólo deporte... Vale, vale, que hay que también "culturizar", pero lo que hacen a veces, ¡vamos! (¿Alguien recuerda en Atenas lo del pordiosero?).

Hablando de fútbol... De cerveza mexicana, me gustan las Coronas bien frías y con un limoncín :)

Adeu!

Anónimo dijo...

Vale, Kike. Que te debo una cerveza. Aunque déjame decirte que hay mejores cervezas mexicanas que la Corona. Ésa es la más popular (y la más internacional), pero no la mejor que se hace por acá. Bueno, eso dicen los que saben... jeje, ¡saludos!

Kike dijo...

Ilústrame, please... Yo sólo conozco Corona y Sol... Particularmente me gustan las de mi patio, ya me contarás algún día que te parece. ¿Doble o nada durante el Mundial, o qué?