domingo, julio 19, 2009

Hasta pronto, profe

Hoy falleció Frank McCourt. Es célebre por su novela Las cenizas de Ángela (que no he leído; y cuya película tampoco he visto). Yo lo conozco por un libro suyo que leí a fines del año pasado: Teacher Man. Antes de ganar el Pulitzer en 1996 por su primera novela (a los 66 años), McCourt fue, durante décadas, profesor de literatura en varias preparatorias estadounidenses. El libro (editado en español por Norma en su sello "Verticales de bolsillo") es oro molido en manos de cualquier profesor. Se trata de una obra fascinante por honesta: no tiene reparos en mencionar los desencuentros de la profesión: "Los médicos, los abogados, los generales, los actores, la gente de la televisión y políticos son admirados y recompensados. No así los profesores. La enseñanza es la servidumbre de las profesiones. A los profesores se les dice que usen la puerta de servicio o entren por el fondo. Se los felicita por tener TETL (Todo Ese Tiempo Libre). Se habla de ellos con condescendencia y se les agradece con retroactividad cuando ya peinan canas".

Pero McCourt supo muy bien por qué hizo lo que hizo: dar clases en preparatoria durante 30 años de su vida. En el fondo se trata de "levantarse cada mañana, saltar alegremente de la cama sabiendo que tienes por delante un día en el que llevarás a cabo la tarea de Dios con los jóvenes estadounidenses, satisfecho con tu magra remuneración, ya que la verdadera recompensa es el resplandor de gratitud que ves en los ávidos ojos de tus alumnos cuando te llevan regalos de parte de sus padres, que te agradecen y admiran..."


Al final del libro el profe McCourt relata su encuentro con una profesora suplente que le pide algún consejo. Él le responde: "Busca lo que amas, y hazlo. A eso se reduce todo (...) Es difícil, pero tienes que lograr estar a gusto en el aula. Nunca sabras qué les has hecho a, o qué has hecho por, los cientos que vienen y van. Los ves salir del aula: soñadores, insulsos, despectivos, maravillados, sonrientes, perplejos. Después de unos años desarrollas antenas. Sabes cuándo llegaste hasta ellos, cuándo te los pusiste en contra. Es química. Es psicología. Es instinto animal. Estás con los chicos y, mientras quieras seguir siendo profesor, no hay escape. Eres tú y los chicos. Bueno, suena el timbre. Te veo luego. Busca lo que amas, y hazlo".

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